Page 4 - Anales vol 2 nº1 2017
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sociales,	 incorporando	 las	 experiencias	 clínicas	 en	 oncología	 a	 las	 nuevas
                  tecnologías	y	el	desarrollo	de	la	investigación	científica	y	la	innovación.

                  	      Por	otra	parte,	la	Universidad	ha	incorporado	la	experiencia	clínica	de	los
                  profesionales	del	Sistema	Nacional	de	Salud	(Vidal	2007)	a	las	enseñanzas	de	la
                  Medicina	y	tiene	que	contribuir	a	la	mejora	de	la	calidad	científica	y	asistencial,	en
                  el	 ámbito	 de	 la	 Oncología,	 buscando	 siempre	 la	 excelencia	 en	 la	 Formación
                  (Santina	2016).


                  	      La	 formación	 contribuye	 a	 una	 mayor	 seguridad	 y	 calidad	 asistencial	 y	 a
                  estandarizar	 las	 habilidades	 y	 el	 conocimiento	 de	 los	 profesionales	 (Cost	 1997),
                  siendo	 ahora	 indispensable	 adaptarla	 a	 las	 necesidades	 y	 demandas	 de	 los
                  ciudadanos	y	del	Sistema	Nacional	de	Salud.	Para	afrontar	el	reto	de	futuro	en	la
                  innovación	oncológica,	tenemos	que	actuar	en	tres	direcciones	básicas:	Formación,
                  Investigación	y	Docencia	(Bando	2009).

                  	      Consideramos	 que	 la	 coordinación	 entre	 la	 Universidad	 y	 la	 realidad
                  formativa,	planteada	a	raíz	de	los	avances	científicos,	de	las	nuevas	y	emergentes
                  tecnologías,	como	es	el	caso	de	la	telemedicina,	además	de	las	aportaciones	de	las
                  sociedades	científicas	de	oncología		y	de	los	investigadores	biomédicos,	cuestionan
                  la	 necesidad	 de	 aprovechar	 recursos	 disponibles	 de	 las	 Facultades	 de	 Medicina
                  para	la	Formación	de	postgrado	en	oncología.	A	primeros	de	septiembre	de	2016
                  se	crearon	dos	cátedras	de	Educación	Médica,	una	en	Santiago	de	Compostela	y
                  otra	en	Madrid.

                  	      Estos	 planteamientos	 nos	 llevan	 a	 la	 necesidad	 de	 establecer	 vínculos

                  estrechos	 entre	 la	 Universidad	 y	 los	 Hospitales	 (Munuera	 1996)	 donde,	 en
                  definitiva,	se	llevan	a	cabo	experiencias	clínicas	en	oncología,	por	lo	que	es	decisivo
                  potenciar	las	tutorías	de	la	formación	MIR(	Martínez	2007),	dotándola	de	recursos
                  humanos	 y	 económicos	 suficientes	 para	 desarrollar	 la	 importante	 labor	 que
                  desempeñan	(	Cabases	1998).

                  	      Los	 gerentes	 de	 los	 Hospitales	 tienen	 que	 tomar	 conciencia	 del	 papel
                  fundamental	de	las	tutorías	para	la	formación	de	los	futuros	especialistas	(Leonard
                  1998).	Los	MIR	podrán	también	realizar	tareas	de	tutorías	con	los	estudiantes	de
                  las	Facultades,	que	con	estas		prácticas	en	la	detección	y	tratamiento	del	cáncer,
                  podrían	 ir	 adentrándose	 en	 la	 realidad	 clínica	 (García	 1998),	 acercando	 el
                  pregrado	 al	 mundo	 asistencial,	 que	 les	 llevarían,	 en	 definitiva,	 a	 un	 mejor
                  conocimiento	de	la	Oncología.

                  	      Las	 Comisiones	 de	 Docencia	 de	 los	 Hospitales	 deben	 asumir	 un	 mayor
                  protagonismo	para	llevar	a	cabo	las	actuaciones	para	una	mejora	de	la	calidad	de	la
                  formación	en		Oncología,	que	repercutirá	directamente	en	las	tareas	asistenciales
                  trasladando	el	beneficio	a	sus	pacientes.	Es	necesario	encontrar	el	equilibrio	entre
                  actividad	puramente	docente	y	la	asistencial	(De	Castro	1996).




                  4|	Honorio-Carlos	Bando	Casado
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