Page 111 - Historia "nobelada" de la Genética
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     rechazada  porque  los  revisores  del  proyecto  consideraron  que  era  extremadamente
               improbable  que  el  ADN  introducido  encontrara  su  secuencia  homóloga  dentro  del
               genoma (citado  con posterioridad por el propio Capecchi, 2001). Curiosamente, como
               señala Hansson (2007), casi simultáneamente Martin Evans solicitaba en Inglaterra al UK
               Medical Research Council subvención para un proyecto similar que también fue denegado
               por ser excesivamente ambicioso. Me pregunto si los correspondientes revisores no se
               habrán sonrojado por su desacierto, aunque sea en la intimidad. Hay que recordar que, en
               el anecdotario científico, estas situaciones han ocurrido muchas veces.
                      Afortunadamente,  Capecchi  no  cejó  en  su  empeño  y  obtuvo  células  mutantes
               susceptibles a la neomicina, siendo capaz de reparar tal deficiencia introduciendo el gen
                                     r
               funcional normal neo  con una alta frecuencia (1 por 1.000 células inyectadas), abriendo
               la posibilidad de que la recombinación homóloga pudiera ser utilizada para manipular
               genes del genoma de mamíferos (Thomas et al., 1986).
                      Por su parte, también Oliver Smithies creía que podía utilizarse la recombinación
               homóloga  para  reparar  genes  mutados;  es  decir,  una  especie  de  “cirugía  génica”  que
               permite eliminar un gen defectuoso sustituyéndolo por otro sano. El primer paso lo dio
               Smithies ya en 1962 cuando propuso que una variante alélica del gen de la haptoglobina
               humana se había producido en la evolución por fenómenos de recombinación homóloga
               (Smithies et al., 1962). Más tarde demostró que los genes G y A de la hemoglobina fetal
               humana  se  habían  originado  a  través  de  mecanismos  de  recombinación  homóloga
               (Slightorn  et  al.,  1980).  Un  paso  adelante  definitivo  lo  dio  el  grupo  de  Smithies  al
               desarrollar un método que permitía recuperar por selección en el cultivo celular humano
               las células que habían sido genéticamente modificadas por recombinación homóloga de
               un plásmido en el gen de la -globina (Smithies et al., 1985).
                      La  etapa  siguiente  hacia  la  nueva  tecnología  knockout  surgió  de  la  pregunta
               siguiente: ¿podría utilizarse la recombinación homóloga para modificar genes específicos
               en  la  línea  germinal  de  manera  que  pudieran  obtenerse  animales  genéticamente
               modificados?  En  otras  palabras,  ¿podrían  utilizarse  las  células  troncales  embrionarias
               pluripotentes de ratón que Martin J. Evans había descubierto y cultivado unos años antes
               en colaboración con el embriólogo Matt Kaufman (Evans y Kaufman, 1981)? En su trabajo
               seminal Evans y Kaufman señalaban ya que el uso de las células troncales pluripotentes
               embrionarias (ES) como vehículo para  transferir alelos mutantes al genoma del ratón
                HISTORIA “NOBELADA DE LA GENÉTICA” (1900-2016)                                        111





