Page 24 - QUÍMICA INORGÁNICA DESCRIPTIVA-A. DOADRIO
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Los fuegos artificiales
Todos sabemos que los fuegos artificiales son un bonito espectáculo de luz y
colorido. Pero, en su génesis, lo que hay es puramente química. Efectivamente, la
pólvora negra, compuesta de carbón, azufre y nitrato potásico y el perclorato potásico,
producen la propulsión, mientras que, los diferentes colores, los causan elementos
químicos y sus sales que, al arder, dan lugar a una emisión de luz en el espectro
visible, que podemos apreciar.
Así, las sales de estroncio dan un color rojo carmesí. El sulfato de cobre,
muestra distintas tonalidades de azul, dependiendo de la temperatura, hasta un
máximo de 1.200 C. El sulfato de bario, da un verde luminoso a altas temperaturas. El
aluminio (en forma de alúmina), produce un color dorado a 1.480 C, pero que cambia
al blanco a una temperatura de 2.982 C. El magnesio y sus sales, dan lugar a colores
blancos plateados muy brillantes. La luz del sodio es amarilla o naranja, dependiendo
de la temperatura. El cinc, sin embargo, se emplea para generar destellos en forma de
estrellas. También, se fabrican mezclas para conseguir tonalidades intermedias, a
similitud de los pigmentos o tintes.
Las reacciones pirotécnicas son combustiones, que pueden ser no explosivas,
capaces de crear llamas, chispas y humos, o también, pueden ser explosivas, pero
controladas. Estas reacciones necesitan de un iniciador que, esencialmente, suele ser
un mortero, que es un tubo de acero con carga de pólvora y un dispositivo electrónico
programador.
Los fuegos artificiales –en general- están fabricados con un cartucho o
contenedor, con una carga explosiva situada en su centro, y esferas, cubos o cilindros
(llamados estrellas) colocados a su contorno, que son de las que depende el color,
forma y efecto de la explosión. Además, tienen una mecha, que sirve para retrasar la
explosión hasta que hayan alcanzado la altura deseada.
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