Page 4 - Anales 2-2 -2017
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C., y al Renacimiento italiano, donde al lado de sus dramas políticos y sociales,

                  subyacía el enquistado problema de tiranos  y súbditos, vivir y morir, como los
                  cangilones de las norias referidos por el Tao. Aún  restaban tres siglos para que
                  apareciera Cristo con su mensaje monoteísta. Las intrigas y luchas entre príncipes
                  eran continuas y sangrientas; el substrato religioso de China en estos tiempos era
                  animista, existían dioses locales al lado de los antepasados dioses de las casas, de
                  las montañas o de los ríos. Casi todos veleidosos y crueles como los exhibidos por
                  la mitología helénica.

                         Cuando Qu Yuan, tres Estados competían por la unificación china: Chu, Qin y
                  Qi.  El  poeta nació  en Chu, de mayor extensión que los otros dos y el de mayor
                  tradición cultural. Empero, su Corte era un hervidero de conflictos y envidias que
                  el reino rival Qin catalizó de todas las maneras posibles. Encontraron eco en Huai
                  Wang que se defendió aislando o expulsando a los consejeros más fieles como Qu
                  Yuan que persistía en la idea de aliarse con el Estado de Qi. Aúnen estos Estados
                  pseudofeudales no habían asumido la filosofía sobe la guerra de Sun Tzu (Arte de
                  la Guerra) canalizada  a través de la filosofía secular.  Su esencia, que Qu Yuan
                  conocía, estaba basada en dos principios: estrategia e inteligencia como superiores
                  a la violencia y a la brutalidad de los agones contendientes.

                         Qu Yuan caído en desgracia marchó hacia el destierro sufriendo todo tipo de
                  vejaciones y torturas, tanto físicas como psicológicas, aunque lo que más incidió en
                  su personalidad fue la corrupción de los poderes de la Corte que se habían
                  alargado hasta los confines de su reino, generando un odio exacerbado entre la
                  patria y sus ciudadanos.  Todo generó en el poeta un sentimiento visceral de
                  amargura e impotencia. Nueve años estuvo intentando primero debilitar y después
                  corregir ante los poderes locales y  centrales.  Asumido su fracaso en todos los
                  campos,  solamente encontró el sendero del suicidio. Para el  desmotivado y
                  melancólico Reino de Chu, esto supuso una tragedia no conocida hasta entonces,
                  sin embargo, fue precisamente este deceso la causalidad de los inmortales versos

                  patrióticos y proféticos de un vate sin par.

                         La familia de Qu Yuan desde el siglo precedente vivía entroncada con el
                  emperador, por lo que el poeta siempre ocupó en la Corte puestos de relevancia,
                  siendo responsable de la expedición de decretos oficiales del reino de Chu tanto
                  internos como externos. Para ello profundizó y completó una gran formación
                  intelectual con el manejo de las Analectas de Confucio, el arte militar y potencial
                  aplicación del Tao The King.

                         Chu Huai Wang en contra de los estudiados consejos de Qu Yuan planificó la
                  guerra de  unificación de  manera improvisada atacando al soberano de Qin; su
                  derrota fue total. La unidad de China la logró el megalómano Shi Huang, primer
                  soberano que instauró la dinastía Qin terminando formalmente con los nueve
                  siglos de la dinastía legendaria de Chu. La desolación fue terrible y los privilegiados


                  126| Lu Tiemin y Benjamín Hernández Blázquez
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