Page 224 - QUÍMICA INORGÁNICA DESCRIPTIVA-A. DOADRIO
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CALENTAMIENTO	GLOBAL:	LAS	PRUEBAS






                         Hay	 algunos	 hechos	 que	 podemos	 ver	 y	 que	 están	 conformes	 con	 un
                  calentamiento	 de	 la	 superficie	 terrestre.	 Por	 ejemplo,	 el	 incremento	 de	 las	 olas	 de

                  calor.	En	2004	y	2005,	la	India	ha	padecido	olas	de	calor	de	50	°C,	con	graves	sequías.
                  La	ola	de	calor	de	finales	de	junio	de	2012,	que	afectó	al	este	de	los	Estados	Unidos,
                  dejó	más	de	30	muertos.

                         La	Organización	Meteorológica	Mundial	(OMM)	presentó	el	Estado	Mundial	del

                  Clima	2012,	el	29	de	noviembre	de	2012,	con	los	resultados	de	todos	los	fenómenos
                  extremos	ocurridos	desde	enero	a	octubre;	el	2012	está	ya	en	"el	noveno	lugar	de	los
                  más	calientes	jamás	observados	desde	el	inicio	de	la	toma	de	datos	en	1850”.	Y	esto,	se
                  ha	incrementado	en	2015	y	2016.

                         Si	es	verdad,	que	se	han	sufrido	momentos	de	nevadas	y	frío	extremo	durante

                  esos	 años,	 por	 ejemplo,	 el	 oriente	 de	 Rusia	 llegó	 a	 experimentar	 temperaturas	 de
                  entre	 -45	 y	 -50°C	 en	 algunos	 meses	 de	 enero,	 en	 regiones	 de	 Europa	 del	 Este	 se
                  padecieron	mínimas	de	-30	°C	y	en	Estados	Unidos,	se	vivió	en	enero	de	2014	la	peor
                  ola	de	frío	en	décadas,	llegando	a	la	congelación	de	las	cataratas	del	Niágara,	tal	como
                  se	muestra	en	la	figura	9.4.


                         Pero,	si	estamos	hablando	de	un	calentamiento	global	que	producirá	un	cambio
                  climático,	 entonces	 esos	 “enfriamientos”	 nos	 pueden	 hacer	 creer	 que	 no	 hay	 un
                  calentamiento	global.	Pues	no,	resulta	que	estas	olas	de	frío	polar	son	consecuencia
                  del	 calentamiento	 global.	 ¿Paradójico?	 No.	 ¿Explicable	 en	 términos	 del	 cambio
                  climático?	Sí.


                         Resulta,	que	el	llamado	chorro	polar	(“corriente	de	aire	muy	fuerte	y	fría	cuya
                  intensidad	 depende	 del	 gradiente	 de	 temperaturas	 entre	 el	 Ártico	 y	 las	 latitudes
                  medias	del	hemisferio	norte”)	y	que	fue	la	que	afectó	a	Estados	Unidos	en	2014,	se
                  comportó	anómalamente	(figura	9.5).	Y	es	que,	de	hecho,	el	Ártico	se	está	calentando
                  dos	veces	más	rápidamente	que	las	latitudes	donde	están	los	Estados	Unidos,	por	lo
                  que	se	debilita	la	energía	del	chorro	polar	y	eso	hace	que	los	meandros	(vueltas)	de
                  esa	 corriente	 de	 aire	 frío	 sean	 más	 pronunciados	 y	 lleguen	 a	 las	 latitudes	 medias

                  situadas	más	al	sur,	principalmente,	a	Estados	Unidos.






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