Page 222 - QUÍMICA INORGÁNICA DESCRIPTIVA-A. DOADRIO
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Con referencia al dióxido de carbono, todos los demás GEI tienen un efecto
invernadero más efectivo, siendo el hexafluoruro de azufre el que tienen la mayor
capacidad de PCG, aunque no de presencia en la atmósfera. Entonces, si el CO2 es el
menos efectivo GEI, por qué se le da tanta importancia. La respuesta es simple: porque
es el que está presente en mayor concentración en la atmósfera y, además, se está
acrecentando muy rápidamente desde el siglo XX por causas antropogénicas.
Aunque el vapor de agua es un potente GEI, y uno de los primordiales
responsables del efecto invernadero, actualmente no hay gran preocupación por él, ya
que permanece constante en la atmósfera (desde hace siglos) al estar en un equilibrio
dinámico dentro del ciclo del agua. Sin embargo, esta situación puede cambiar, ya que
los informes del IPCC, señalan que el vapor de agua en la atmósfera está aumentando,
en más de un 2,2%, lo que puede ser un problema.
Así que, actualmente, el CO2, que es el GEI que en más cantidad se emite a la
atmósfera, resulta el principal contribuyente a un calentamiento global, que ya es
patente. Sin embargo, no hay que olvidar a otro GEI, el metano, el segundo GEI más
potente que, aunque todavía, está en pequeñas concentraciones atmosféricas (1.800
ppb frente a las 400 ppm del CO2), el escenario está cambiando, con su mayor
presencia en la atmósfera ya que ha aumentado su concentración en un 259%
respecto al nivel que existía en la era preindustrial. Además, un calentamiento global
excesivo provocado por el aumento de CO2 atmosférico, puede liberar grandes
cantidades de metano que está, en millones de toneladas en océanos, lagos y
permafrost, almacenado de forma estable como hidrato de metano, lo que puede
acelerar el calentamiento global y dar lugar a un cambio climático descontrolado. A
esta hipótesis se la denomina el arma de hidrato de metano.
Además, recientemente, se ha podido registrar un aumento importante en la
concentración de gas metano que se filtra por la capa subterránea de permafrost del
Ártico en los últimos cinco años, lo que podría resultar en un incremento de 10 °C de
la temperatura media en esa la zona, para el año 2100.
En la figura 9.2, se muestra una capa de permafrost y en la figura 9.3 un
inventario de los depósitos mundiales de hidrato de metano.
222| CAPÍTULO 9: CALENTAMIENTO GLOBAL