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1983, que prologa su hijo Juan Pablo D´Ors, el cual escribe que su padre "no es
clásico no barroco, porque es clásico y barroco al mismo tiempo...como la mitología
que siempre es misterio. Es una imaginación misteriosa, en que prevalece la mirada,
convirtiendo la idea en forma y la carne en cuerpo". Releyendo los varios tomos de
su glosario --en el que don Eugenio tuvo la atención de citarme, a raíz de la
presentación que le hice para la Tertulia del Colegio Mayor Cerbuna, de Zaragoza,
en 1949--, pero también en las visitas y relación amistosa que tuvimos ocasión y el
honor de hacer en su casa de la calle de Sacramento, de Madrid, en el autor de "La
ben plantada" (1911), había algo especial que era el manejo del lenguaje. Por eso
habría que releer y meditar aquella idea a la que se le da forma. La expresión de lo
que no sea tradición, como plagio, es como un "aviso a navegantes". Cosa que
disgustaba a los contrarios intelectuales no dorsianos. Porque el maestro, en su
lenguaje, lo concebía como un punto de reflexión, no diremos mito, sino "misterio".
En ese momento, pues tendríamos que hacer reflexión, para aplicarla al
mundo de lo jurídico, de lo que es "tradición" y de lo que es "ruptura".
En la fenomenología de tradición y ruptura, cabe decir que es bueno agotar
en unas líneas su ámbito o sus expresiones. No es poco poner de relieve que, al
menos el mundo de lo jurídico, no es una cuestión simple, o sencilla. Hay, por de
pronto, un problema de "lenguaje", y sobre todo su utilización, cosa que es muy
frecuente para edulcorar situaciones o conductas. El aborto, por ejemplo, se le
llama "interrupción voluntaria del embarazo". El "imputado", ahora “investigado”
es objeto de presunción de inocencia, porque no es "procesado", ni "responsable",
ni "condenado".
Habría, en todo caso, que distinguir el tratamiento del tema desde el lado
específico de una determinada ciencia jurídica, sea de Derecho Civil, Derecho
Penal, Derecho Administrativo, Derecho Fiscal, Derecho Procesal, etc. En cada una
de ellas, en cuanto estudio de las relaciones jurídicas pertinentes, se puede
examinar mejor lo que ha existido, o existe todavía, de tradición, y lo que se ha
dado o se puede dar, como ruptura.
Otra pincelada es el aspecto que pueda reflejar la clásica dialéctica de
libertad-verdad. De la primera se abusa, y de la segunda se rehúye. (Leo en una
ABC de 1-7-2013, con grandes titulares, que "Durán pide a Rajoy una propuesta
atractiva que frene el soberanismo". Y en el mismo periódico y día, José María
Aznar: "La Corona es vital para el presente y futuro de España". Y, finalmente, otra
cita de Juan Velarde en "La ofensiva contra Wert", por sus reformas educativas.
¿Qué hay de verdad y que hay de libertad? Es cierto que dialéctica se da, y que
solamente con un sentido religioso-cristiano, hay que superar con el amor, y
buscar la trascendencia, y la interpretación global de las normas.
Otro matiz a tener en cuenta es el "consenso" o "pacto". No ya el previsto
por Rousseau o Hobbes, cada uno a su manera, sino en una serie de relaciones,
142| Jesús López Medel