Page 78 - Los elementos químicos: un manual extenso. A. Doadrio
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Toda la materia del universo que conocemos está compuesta de los mismos
materiales. Las galaxias, las estrellas, los planetas, nosotros mismos, estamos hechos, en
distintas proporciones de elementos químicos, que se formaron hace millones de años en
una estrella y que a su “muerte” se dispersaron para formar nebulosas planetarias y nubes
moleculares, para construir nuevos sistemas planetarios. Como dijo Carl Sagan: “nosotros
somos polvo de estrellas”.
Nuestro planeta, nació con todos los elementos químicos contenidos en la nebulosa
que formó nuestro sistema solar (probablemente 83: del Z=1 al 92, excepto Tc, Pm, Po, At,
Rn, Fr, Ra, Ac y Pa, con núcleos inestables). Pero, se produjeron dos fenómenos
diferenciadores de los demás planetas solares. El primero, fue de concentración. Así, los
átomos están en la Tierra concentrados en un factor de 10 con respecto al medio
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interestelar. Una mayor densidad atómica, supone una mayor oportunidad de choque
entre ellos y, por tanto, una mayor variedad de combinaciones con respecto al medio
interestelar, que se puede considerar casi estéril para el desarrollo de los elementos
(algunas moléculas sí que se forman).
Segundo, una vez asentada la Tierra, se redistribuyeron los elementos según sus
propiedades, diferenciando a aquella entre: núcleo, manto y corteza. El núcleo que es,
esencialmente, de hierro, representa casi 1/3 de la masa del planeta. El manto,
esencialmente, de silicio, constituye los restantes 2/3 y ocupa una extensión de unos
2.500 km por debajo de la superficie. La corteza terrestre y la atmósfera son muy finas,
tanto que apenas representan un 1% de la masa de la Tierra. Excepto el núcleo, todas
estas partes intercambian de forma constante sus elementos.
Por tanto, en sus primeros pasos de formación, la Tierra, que estaba muy caliente,
se empobreció de elementos volátiles (hidrógeno, gases nobles, etc.) y se enriqueció con
elementos de altas temperaturas de condensación (hierro, aluminio, silicio, etc.).
En los primeros momentos, los metales afines al azufre como el cobre y el plomo,
se disolvieron en forma de sulfuros y flotaron hacia la parte superior de la Tierra; por ello
son fáciles de extraer. Los metales preciosos, como el iridio o el oro, se hundieron en el
núcleo junto a la mayor parte del hierro. Esto mismo, le sucedió a los elementos más
pesados, por lo que son escasos en la corteza.
Cuando se formaron los océanos, hace unos 3.800 millones de años, el agua disolvió
los restos del hierro que habían quedado en la superficie terrestre y eso fue mucho hierro.
pág. 78| Los elementos químicos en la Tierra