Page 79 - Los elementos químicos: un manual extenso. A. Doadrio
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Así que, la corteza no tenía, por entonces, hierro, pero las cianobacterias de los

               océanos  primigenios,  productoras  de  oxígeno,  no  solo  elevaron  el  nivel  de  oxígeno
               atmosférico, sino que, también, formaron óxidos de hierro, a partir del hierro que quedó

               en ellos y que se depositó en forma de rocas en el lecho marino. Estos depósitos, son el
               mineral de hierro de los que extraemos el elemento, actualmente.


                      El iridio, que fue creado ‐como el plomo, oro y otros metales muy pesados‐ en una

               supernova tipo Ia, originalmente era abundante en la Tierra, pero se hundió en el núcleo.
               Sin  embargo,  podemos  encontrar  este  metal  en  ciertas  rocas,  las que provienen del

               cinturón de asteroides sito entre Marte y Júpiter y que se estrellaron posteriormente
               sobre la Tierra como, por ejemplo, el que se supone acabó con los dinosaurios hace unos

               65 millones de años. Y es que, una vez solidificada la Tierra, los elementos pesados ya no

               se hundían en el núcleo. De esta manera, la época de los bombardeos de asteroides nos
               trajeron otros metales pesados que se pueden encontrar en la superficie, lo que incluye

               oro, platino y níquel. Los asteroides de ese cinturón, sí que valen su peso en oro; se calcula
               en unos 600 quintillones de dólares su valor en metales preciosos.


                      En los primeros momentos de formación de la Tierra, el carbono debió de alcanzar

               su punto de ebullición y escapar de ella. Pero, era muy necesario para formar la vida y, de
               alguna manera, volvió a llegar a nuestro planeta, ya que ahora es abundante (décimo en

               la corteza). La explicación puede llegar de mano de la teoría del gran impacto: “hace unos
               4.500 millones de años, un protoplaneta denominado Tea chocó con la Tierra y dio lugar

               a nuestra luna”. Pero, ese impacto pudo mezclar el núcleo de los dos cuerpos celestes y su

               manto y, el de Tea, muy rico en carbono, se mezclaría con el manto de la Tierra.

                      Aunque muy raros en la Tierra, los gases nobles son abundantes en el universo y

               tienen su gran representación en otros planetas. Entonces, es de suponer que la Tierra
               primitiva fuese rica en gases nobles, pero que se escapasen de nuestra atmósfera. Sin

               embargo, no tuvo por qué ser solo así; por ejemplo, se ha descubierto recientemente que

               el xenón es capaz de desplazar al silicio en el cuarzo a altas presiones y temperaturas, por
               lo que se debió perder en los abundantes bombardeos de meteoritos ricos en cuarzo sobre

               la Tierra primitiva. El helio, se obtiene del gas natural, pero no se depositó ahí cuando la

               Tierra se creó, sino que se fue formando por descomposición radiactiva de uranio y torio.
               No obstante, se acaba de descubrir, por primera vez, un yacimiento de helio en Tanzania,






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