Page 76 - Historia "nobelada" de la Genética
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que permitan conocer los procesos de la enfermedad o realizar pruebas toxicológicas para

               el desarrollo de nuevos fármacos.

                      Efectivamente,  en  2008,  Eggan  y  colaboradores  (Dimos  et  al.,  2008)  lograron

               mediante la técnica de inducción de células iPS generar in vitro a partir de fibroblastos de
               piel células nerviosas motoras en un paciente de 82 años que padecía esclerosis lateral

               amiotrófica  (ELA),  que  son  precisamente  las  células  dañadas  por  la  enfermedad.  La

               técnica  consistió  en  introducir  en  los  fibroblastos  los  genes  Klf4,  Sox2,  Oct4  y  c-Myc
               utilizando  como  vector  un  retrovirus.  También  Park  y  colaboradores  indujeron  la

               obtención de células iPS en casos de distrofia muscular y de la enfermedad de Huntington

               (Park et al., 2008).

                      Posteriormente, en 2009, Svendsen y colaboradores (Ebert et al., 2009) obtuvieron

               células iPS a partir de fibroblastos de piel de un niño afecto de atrofia muscular espinal
               (AME), enfermedad autosómica recesiva que suele manifestarse a partir de los 6 meses

               de edad y que produce la muerte del paciente en torno a los dos años. Las células iPS

               obtenidas  generaban  neuronas  motoras  defectuosas  de  manera  que,  como  dicen  los
               autores  del  trabajo,  se  pueden  estudiar  comparativamente  con  las  células  nerviosas

               homólogas producidas por la madre fenotípicamente sana del niño enfermo y poder así

               estudiar los mecanismos de la enfermedad. En la técnica se utilizaron los genes Oct4, Sox2,
               Nanog  y  Lin28  que  fueron  introducidos  en  los  fibroblastos  utilizando  como  vector  un

               lentivirus.

                      Las células iPS específicas del síndrome de Rett muestran una disminución en la

               densidad de espinas después de la diferenciación neuronal (Marchetto et al., 2010).

                      La diferenciación de hepatocitos a partir de células iPS en pacientes con deficiencia

               para la α1-antitripsina produce una acumulación elevada de lípidos y glicógeno (Rashid

               et al., 2010).

                      En 2011, Izpisúa y colaboradores (Liu et al., 2011) obtuvieron céulas iPS sanas a

               partir de fibroblastos de piel de niños que padecían la enfermedad de Hunchinson-Gilford
               de envejecimiento prematuro (progeria) y que al ser rediferenciadas a células musculares

               lisas volvían a manifestar las características de la enfermedad (acumulación de progerina

               y desorganización de la lamina nuclear). Sus investigaciones pueden permitir estudiar las
               causas del envejecimiento in vitro.



                HISTORIA “NOBELADA DE LA GENÉTICA” (1900-2016)                                         76
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