Page 409 - QUÍMICA INORGÁNICA DESCRIPTIVA-A. DOADRIO
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TOXICIDAD Y APLICACIONES
El ozono, es el principal oxidante fotoquímico presente en la troposfera (la
atmósfera que directamente respiramos), junto al nitrato de peroxiacetilo (PAN). Sus
efectos tóxicos son muy perjudiciales para el hombre, animales y plantas, por lo que se
considera a la contaminación atmosférica por ozono como una importante cuestión
sanitaria, en especial, en las grandes ciudades y que debe ser controlada. La
exposición de la población a este contaminante, se relaciona, en las grandes ciudades,
con una mortalidad prematura y con una morbilidad específica, ya que es muy
irritante para el sistema respiratorio.
Y es que, la exposición continuada al ozono troposférico, disminuye la
capacidad pulmonar del individuo, de tal manera que, las enfermedades respiratorias
se multiplican y son más frecuentes, en la población infantil, mientras que, en la adulta
provoca que la respiración sea difícil y cause, como poco, irritación respiratoria
crónica. Aunque esa irritación tiende a desaparecer con el tiempo, contradiciendo
aparentemente su indicada cronicidad, eso no es así, porque la “atenuación de la
respuesta” no es irrevocable, ya que el organismo nunca se adapta a una exposición
continua de ozono y si ya se ha producido una lesión pulmonar, ésta no se detiene.
Además, puesto que, los pulmones no acaban su fase de crecimiento hasta los 18 años,
una exposición prolongada al ozono en esa fase, que cause un daño en los pulmones,
es recordado por nuestro organismo en la edad adulta, aumentando el riesgo de
padecer una enfermedad respiratoria más grave.
El ozono troposférico, se considera un problema “sin umbral”, porque inclusive
en muy pequeñas cantidades atmosféricas tiene siempre algún efecto perjudicial para
la salud humana. Sin embargo, se tienen y deben poner ciertos umbrales en su
concentración atmosférica. Las recomendaciones de las guías de la OMS de calidad de
aire, sitúan los valores promedios de ozono para 8 horas en 120 μg/m .
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Pero, por otra parte, en las concentraciones adecuadas, podemos utilizar el
ozono, sin peligro, haciendo uso de sus potentes cualidades desinfectantes, tanto del
aire como del agua, ya que es hasta 3.000 veces más activo que el cloro. Y es que,
destruye a organismos patógenos sin afectar al color ni sabor del agua, ni tampoco
modifica el pH. Además, existen ozonizadores domésticos e industriales que se
emplean para purificar el aire del ambiente. También, elimina partículas en
suspensión, por lo que, destruye malos olores.
CAPÍTULO 14: OZONO |409