Page 128 - Anales 2-2 -2017
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En suma, nos hallamos ante una obra, a mi parecer, de obligada lectura para
quien desee adentrarse en el fondo del panorama español del período isabelino,
que, sin hipérbole alguna, constituye un referente en la bibliografía sobre la
historia de la España decimonónica, ampliando la de la profesora Isabel Burdiel,
cuya biografía sobre Isabel II resulta, hoy por hoy, determinante. La elección, como
base, para el estudio de la política científica española en un período concreto, de la
figura de Francisco de Luxán de quien, por cierto, se cumple en este año 2017 el
ciento cincuenta aniversario de su muerte, y de quien dice el prologuista que
puede servir de ejemplo en la actualidad, ha sido muy acertada. Se trata de una
personalidad que no pasó desapercibida para Pascual Madoz, Karl Marx, Santiago
Ramón y Cajal, Benito Pérez Galdós, y porque ha seguido siendo tenida en cuenta
en esta primera década del siglo XXI por algún ilustre jurista como es el caso del
administrativista profesor Alejandro Nieto, lo que demuestra que Francisco de
Luxán y su obra trascienden del tiempo en que él vivió, un siglo XIX español
convulso, que si comenzó con la victoria sobre Napoleón vio después las guerras
carlistas, el destronamiento de la reina, la instauración de una breve primera
República, la restauración monárquica y finalizó con la desastrosa guerra hispano-
norteamericana perdida por España que también perdía, con el tratado de París,
los últimos restos de lo que había sido un imperio en el que nunca se ponía el sol.
El profesor doctor José María de Luxán Meléndez es, pues, acreedor de la
más merecida felicitación, que debe hacerse extensiva al Centro de Estudios
Políticos y Constitucionales y a la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad
Complutense de Madrid.
288| José Antonio Tomás Ortiz de la Torre