Page 28 - Los elementos químicos: un manual extenso. A. Doadrio
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MUERTE DE UNA ESTRELLA
Después de la secuencia principal, se inician procesos que conducen a su muerte,
que no es la misma para todas las estrellas: depende, esencialmente, de su masa. Cuando
su combustible se agota, las estrellas como el Sol o de masas hasta 8‐10 veces menores
que el Sol, denominadas ligeras, se expanden hasta un tamaño mil veces mayor, se enfrían
y toman un color rojo; de ahí que se denomine a estas estrellas como “gigante roja”.
Bastante tiempo después, el núcleo de la estrella se concentrará y se convertirá en una
enana blanca, del tamaño aproximado de la Tierra, pero con una densidad extrema. Y en
ese estado, pueden estar miles de millones de años hasta que simplemente se extingan.
Las estrellas entre 6 y 30 veces mayores que el Sol, denominadas gigantes o
masivas, una vez agotado su combustible, pasan también por la fase de gigante roja, pero
dan lugar a una estrella de neutrones, en lugar de a una enana blanca. Las estrellas de
neutrones, son estrellas muy pequeñas, de gran densidad y colapsan liberando gran
cantidad de energía (la misma que emite el Sol en 10.000 millones de años), produciendo
una violenta explosión, denominada como: “supernova tipo II”. Una de cada diez estrellas
tiene una masa 10 veces superior al Sol y da lugar a una supernova. Un púlsar es una
estrella de neutrones que emite radiación a intervalos regulares.
La explosión en supernova de una estrella masiva es rápida y espectacular, pero
no es tan violenta como la que se produce en sistemas binarios con dos soles. En estos, las
dos estrellas giran una alrededor de la otra, pero con el tiempo se acercan para unirse y
entonces, una de las estrellas, la que tiene una masa 8‐9 veces menor que el Sol, que acabó
en enana blanca, estalla en forma de supernova, pero de tipo Ia, que es una de las más
violentas explosiones que se pueden dar en el Cosmos.
La agonía de una estrella en forma de gigante roja o su muerte explotando en
supernova, es necesaria para generar la vida de otras. Las gigantes rojas, esencialmente,
darán nebulosas, mientras que las supernovas, sobre todo, enriquecerán el espacio de los
elementos químicos necesarios para formar estrellas y planetas.
Por ello, una explosión de supernova no es un desastre, sino que es una nueva
oportunidad de vida, porque es solo entonces cuando la estrella libera toda la materia que
ha ido fabricando durante su secuencia principal, a la vez que sintetiza nuevos elementos
químicos. Todo ello, se disemina por el espacio interestelar en forma de una nebulosa,
donde se encuentran los elementos químicos elaborados por la estrella y que algún día
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