Page 18 - Historia "nobelada" de la Genética
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¿Por qué sucedieron así las cosas? Todos los historiadores de la Biología están de
acuerdo en afirmar que el escaso interés inicial por el ADN desde el punto de vista
hereditario era debido a que en aquella época eran las proteínas las más firmes candidatas
a ser la “substancia de la herencia” debido a una aparentemente mayor variabilidad frente
al ADN, contribuyendo aún más a esta apreciación equivocada la hipótesis del
tetranucleótido de Levene (1921) –uno de los grandes bioquímicos de la época- que suponía
que el ácido nucleico estaba formado por la repetición monótona de cuatro nucleótidos.
Corroborando esta situación, resultan muy significativas las influyentes palabras del
citólogo americano Edmund B. Wilson quien en la tercera edición de su importante obra
“The Cell in Development and Heredity” (1925) decía, recogiendo el pensamiento biológico
de la época:” … los ácidos nucleicos del núcleo son en conjunto notablemente uniformes…
en contraste con las proteínas… Las diferencias entre diferentes “cromatinas” depende de
sus componentes básicos o proteicos y no de sus ácidos nucleicos”.
Por ello, la evidencia experimental aportada por Avery y colaboradores (1944)
identificando el ADN como el principio transformante no fue suficiente para convencer a la
comunidad científica de que los genes eran ADN y no proteínas. Tuvieron que pasar ocho
años más hasta que Hershey y Chase (1952), utilizando bacteriófagos marcados
radiactivamente con S o P (el azufre como elemento químico propio de las proteínas y
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el fósforo del ADN) demostraron que en el proceso de infección solamente penetraba en la
célula bacteriana el ADN viral y puesto que en la misma se producía la formación de
partículas virales era una evidencia irrefutable de que el ADN viral llevaba la información
genética responsable de la síntesis de los compuestos proteicos que constituyen la cápside
del virus. Es decir, los genes son ADN. A partir de este experimento la comunidad científica
abandonó definitivamente su postura en favor de las proteínas y tuvo que valorar
positivamente los datos experimentales que ocho años antes habían obtenido Avery, Mac
Leod y McCarty. En 1969, Alfred D. Hershey compartió el premio Nobel con Delbrück y Luria
“por sus descubrimientos en relación con el mecanismo de replicación y estructura genética
de los virus”. Hershey (1946) había estudiado también las mutaciones en los fagos y realizó
el primer estudio completo de la recombinación genética en los mismos (Hershey and
Rotman, 1949).
Un estudio histórico sobre la historia del descubrimiento de la estructura y función
de la “substancia genética” fue realizado por Portugal y Cohen (1977).
HISTORIA “NOBELADA DE LA GENÉTICA” (1900-2016) 18