Page 26 - Anales vol 2 nº1 2017
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Esa	claridad,	pues,	la	trasciende.	Pero	a	su	vez	fue	una	experiencia	vital	que
                  terminó	de	superar	al	final	de	sus	días,	cuando	conocimos	a	Recasens	Siches,	en	unas
                  jornadas	de	varias	semanas	en	Méjico,	o	a	través	de	su	hijo	Miguel	Ortega	Spottorno,
                  su	“arcángel”,	como	le	llamaba	su	padre,	en	las	tertulias	de	su	casa	de	Madrid,	en	las

                  que	participamos.

                  	      Así,	por	falta	de	claridad	y	amontonamiento	de	ideas	y	personales,	fracasó	su
                  Agrupación	al	servicio	de	la	República.	Y	parecidamente	ante	su	posición	a	la	llegada
                  del	Alzamiento,	que	le	llevase	al	“exilio”,	en	sentido	contrario,	mientras	los	hijos	se
                  hacían	alféreces,	y	Franco	le	llamaba	por	teléfono	cuando	don	José	estaba	enfermo	en
                  París.


                  	      Esa	postura	en	cuanto	a	la	claridad,	por	tanto,	no	fue	sólo	una	óptica	esencial
                  para	la	filosofía,	sino	para	la	ciencia,	o	la	reflexión	jurídica.	Por	el	contrario,	ante	las
                  turbulencias	y	las	prioridades	del	estado,	indudablemente,	ha	fallado	–Dios	quiera	que
                  se	supere	pronto—	la	claridad,	la	serenidad,	la	sencillez,	para	la	decisiones.	La	vida	es
                  realidad	 radical,	 pero	 en	 la	 mismidad	 de	 los	 problemas,	 han	 de	 encontrarse

                  previamente	las	auténticas	razones,	y	buscar	siempre	el	interés	general	o	de	Estado.





















































                  26|	Jesús	López	Medel
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