Page 97 - Anales vol 2 nº1 2017
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género	 de	 mezcla	 de	 quien	 no	 se	 ha	 de	 vestir	 ningún	 humano	 entendimiento»
                  (Prólogo,	18).

                         Esta	obra	de	Cervantes	—insiste	de	nuevo—	«no	mira	a	más	que	a	deshacer
                  la	autoridad	y	cabida	que	en	el	mundo	y	en	el	vulgo	tienen	los	libros	de	caballerías»
                  (19).	Ya	al	principio	del	prólogo	había	ironizado	frente	a	los	que	así	proceden,	pues
                  «no	 dirán	 sino	 que	 son	 unos	 santos	 Tomases	 y	 otros	 doctores	 de	 la	 Iglesia,
                  guardando	 en	 esto	 un	 decoro	 tan	 ingenioso,	 que	 en	 un	 renglón	 han	 pintado	 un
                  enamorado	distraído	y	en	otro	hacen	un	sermoncico	cristiano»	(12).


                         Y,	sin	embargo,	—retomemos	la	tesis	defendida	por	S.	Muñoz—	Cervantes
                  «no	 cumple	 lo	 prometido» ,	 pues	 «en	 el	 Quijote	 abundan	 los	 parlamentos	 con
                                              26
                  aires	de	sermón»;	o	sea,	se	comporta	a	veces	como	un	«predicador»	que	sí	mezcla
                  lo	humano	y	lo	divino,	y	recoge	muchos	consejos	de	la	Sagrada	Escritura,	y	también
                  compone	sermoncicos	cristianos,	en	los	que	su	«pluma	lengua	del	alma»	catequiza
                  y	«sabe	dar	razón	de	la	cristiana	fe	que	profesa,	clara	y	distintamente» .
                                                                                          27
                         En	 el	 llamado	 Siglo	 de	 Oro,	 el	 factor	 religioso	 ofrece	 una	 línea	 de	 fuerza
                  esencial	a	la	hora	de	explicar	los	fenómenos	sociales,	políticos	y	culturales.	Aunque
                  se	trate	de	un	libro	de	entretenimiento,	contiene	el	Quijote	innumerables	datos	de
                  la	 pugna	 intelectual	 y	 religiosa	 de	 aquella	 centuria	 en	 la	 que	 comenzaron	 a
                  fraguarse	 una	 identidad	 católica	 y	 una	 identidad	 protestante.	 Ahí	 se	 sitúa
                  adecuadamente	el	debate	apasionante	sobre	la	actitud	religiosa	del	gran	alcalaíno
                  y	padre	de	la	novela	moderna,	si	su	cristianismo	se	aproxima	más	a	Erasmo	y	al
                  racionalismo	del	Renacimiento	que	a	Trento.




                  4.	 LA	 EVANGELIZACIÓN	 POR	 LA	 LITERATURA:	 NIVELES	 EN	 EL
                  DISCURSO	DEL	QUIJOTE


                         Hechas	 estas	 consideraciones	 podemos	 pasar	 a	 exponer	 los	 argumentos
                  sobre	 los	 que	 S.	 Muñoz	 levantó	 su	 tesis:	 «Cervantes	 se	 considera	 un	 laico
                  comprometido,	 desde	 su	 profesión	 de	 escritor	 profano,	 en	 el	 quehacer
                  evangelizador	de	la	Iglesia	católica	postridentina» .
                                                                     28

                         Salvador	Muñoz	distingue	y	analiza	estos	tres	niveles	de	discurso	religioso
                  en	 el	 Quijote:	 una	 religiosidad	 epidérmica,	 una	 religiosidad	 medular	 y	 una
                  religiosidad	refleja. 	En	el	primer	nivel	se	manifiesta	la	religiosidad	sociológica	y
                                      29
                  rutinaria	de	la	sociedad	española	del	siglo	XVI,	tal	y	como	ha	cristalizado	en	los
                  refranes	o	proverbios	de	carácter	religioso;	este	estrato	también	se	puede	rastrear

                  26 	Lo	religioso	en	el	Quijote,	330.
                  27 	Ibíd.,	334.
                  28 	Ibíd.,	336.
                  29 	Ibíd.,	26.

                                                            Lo	religioso	en	El	Quijote:	notas	marginales	|97
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