Page 99 - Anales vol 2 nº1 2017
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5. CONCLUSIÓN: LA PLUMA CERVANTINA HA CUMPLIDO CON "SU
CRISTIANA PROFESIÓN"
Cervantes sí trata el tema religioso, y lo hace en los parámetros de la
catequesis y predicación postridentina, como mostrara S. Muñoz . En este sentido,
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el ingenioso hidalgo es un andante caballero y cristiano católico. Ahora bien, el
manco de Lepanto nunca ha abandonado su tarea de escritor y su perspectiva
literaria. El reconocido cervantista Ciriaco Morón ha puesto cierta sordina y
atempera —a mi modo de ver con razón—la interpretación de S. Muñoz cuando
afirma: «El catolicismo, como dogma y ética, es el trasfondo ideológico de la obra
de Cervantes, pero no es su tema. Por tanto, no tiene sentido convertirlo en un
epígono de la teología tridentina» .
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El Quijote es literatura de ficción en la pluma de un cristiano laico, que de
cuando en cuando dice «cosas de meollo y sustancia» en el terreno religioso . Con
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permiso de los cervantistas me atrevo a decir que la intención religiosa del autor
quedaría reflejada de forma ejemplar en el divertido pasaje de la venta que D.
Quijote, por su mal, pensó que era un castillo y donde Sancho fue manteado.
Maltrecho por los golpes y por el bálsamo de Fierabrás, Maritornes, —moza
asturiana de más que dudosa moral—, le regala y paga el vino de su propio dinero,
mostrando así que «tenía unas sombras y lejos de cristiana» . Estos términos,
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sombras y lejos, son términos traídos del campo de la pintura, que se oponen a lo
iluminado y lo cercano. Esto mismo valdría para los dos libros que componen El
ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Prima la intención literaria, que deja en
la penumbra los desarrollos explícitos de la fe religiosa, que no obstante tampoco
están ausentes en los parlamentos y en las actuaciones de los protagonistas de
Cervantes .
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Cervantes puso fin a su novela con el diálogo de Cide Hamete y su pluma;
ella ha cumplido «con su cristiana profesión», mientras que el autor recuerda por
última vez su intención y su objetivo: «No ha sido otro mi deseo que poner en
aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros
de caballerías, que por las de mi verdadero don Quijote van ya tropezando y han de
caer del todo, sin duda alguna» .
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35 Véase: M. A. GARRIDO GALLARDO, «El texto del Quijote y el catecismo de Trento», en R. FINE-S. LÓPEZ
NAVIA, Cervantes y las religiones, 157-173.
36 Para entender el Quijote (Madrid 2005), 300. Véase: M. DELGADO, «Don Quijote – für Theologen»:
Stimmen der Zeit 223 (2005) 219-232.
37 Don Quijote de la Mancha, Lib. II, cap. XXII, 884.
38 Lib. I, cap. XVII, 202.
39 Como recuerda S. Muñoz (Lo religioso en el Quijote, 321-322), pueden leerse fórmulas de fe
desarrolladas en la obra póstuma Los trabajos de Persiles y Segismunda (publicada en 1617).
40 Lib. II, cap. LXXIIII, 1337.
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