Page 101 - Anales vol 2 nº1 2017
P. 101

manchego	con	el	temerario,	sublime	e	insensato	caballero	andante.	Pero	Cervantes
                  quiso	 que	 un	 don	 Quijote,	 en	 plenitud	 de	 facultades,	 se	 enfrentase	 a	 las
                  postrimerías	y	sintiese	las	huellas	de	Dios.	Cervantes	hace	que	por	la	voluntad	de	la
                  gracia	 divina	 don	 Quijote	 vuelva	 a	 ser	 Alonso	 Quijano:	 «¡Bendito	 sea	 el
                  todopoderoso	Dios,	que	tanto	bien	me	ha	hecho!	En	fin,	sus	misericordias	no	tienen
                                                                                 46
                  límite,	ni	las	abrevian	ni	impiden	los	pecados	de	los	hombres» .
                  Junto	 a	 su	 extraordinaria	 belleza	 formal	 hay	 que	 recordar	 que	 el	 Quijote	 no
                  destruye	sino	que	depura	los	ideales	caballerescos:	la	libertad,	la	defensa	de	los
                  débiles,	 el	 heroísmo,	 la	 fidelidad	 a	 su	 amor,	 la	 tolerancia…,	 al	 tiempo	 que	 nos
                  enseña	 a	 ver	 y	 entender	 las	 complejidad	 infinita	 del	 mundo	 de	 los	 hombres	 y
                  mujeres,	de	sus	pasiones,	sus	ilusiones	y	sus	sueños,	y	también	en	esa	dimensión
                  que	mira	hacia	la	realidad	trascendente,	que	llamamos	a	tientas,	en	sombras	y	de
                  lejos,	Dios	en	su	infinita	providencia.	En	palabras	de	nuestro	hidalgo	manchego:
                  «Aunque	 los	 atributos	 de	 Dios	 todos	 son	 iguales,	 más	 resplandece	 y	 campea	 a
                  nuestro	ver	el	de	la	misericordia	que	el	de	la	justicia» .
                                                                        47



















































                  46 	Lib.	II,	cap.	LXXIIII,	1329.
                  47 	Lib.	II,	cap.	XLII,	1061.

                                                           Lo	religioso	en	El	Quijote:	notas	marginales	|101
   96   97   98   99   100   101   102   103   104   105   106