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No obstante, como Deaton nos recuerda en su mencionada “The  great

                  escape...” no hemos de olvidar que la vida en estos tiempos es bastante mejor que
                  en cualquier otro momento de la historia. Hay un mayor número de personas más
                  ricas, y son menos las que viven en pobreza extrema. Y a pesar de que tras años de
                  crisis, vivimos momentos puntuales de incertidumbre, con guerras, movimientos
                  masivos de refugiados y otros conflictos que no conocíamos desde la Segunda
                  Guerra Mundial, podemos disfrutar de una  vida razonablemente mejor que  en
                  muchos momentos anteriores. (25)
                         3.2. FOMENTO DE ESTUDIOS SOCIALES  Y SOCIOLOGÍA APLICADA
                         (FOESSA)


                         Lo cual no obsta, para que, añadimos nosotros, sigamos manteniendo una
                  tensa  preocupación porque el proceso de mejora de la  igualdad entre los
                  ciudadanos emerja sobre algunas cuestiones  de las que  aquí se han observado.
                  Entre las que destacamos algunas de las que nos recuerda Gualdione en un trabajo
                  recientemente  publicado, y en las que en base a aportaciones de docentes
                  universitarios e instituciones sociales, como Foessa (Fomento de Estudios Sociales
                  y Sociología Aplicada), llega a concusiones de gran interés:

                         a) Superar la vieja concepción de los términos  renta y riqueza  que nos
                  impiden conocer la verdadera situación de nuestra sociedad. Es evidente que la
                  renta ha crecido de manera significativa en los últimos treinta años. Pero respecto
                  a la riqueza, es preferible utilizar un instrumento de medida basado en el consumo
                  de los hogares, como diferencia entre la renta disponible y los impuestos
                  soportados, que reproduciría el deterioro de aquella en el mismo período.

                         b) Por otra parte, tanto el Producto Interior Bruto como el PIB per cápita
                  miden el valor de la renta en el país. Pero deben contemplarse otros indicadores: la
                  participación de los salarios; la estructura y resultados del sistema educativo; el
                  montante de las prestaciones y servicios sociales, etc., que permiten acercarnos al
                  nivel de bienestar de los ciudadanos.

                         c) La Organización de  las Naciones Unidas (ONU) utiliza el  Indicador de
                  Desarrollo Humano (IDH) en el que se incluyen aspectos tales como la duración
                  de la vida en términos saludables; el desarrollo de una vida digna, el nivel de los
                  conocimientos, etc., que, para el caso español, nos permite contrastar lo que
                  venimos comentando: que en dichas tres décadas, la renta creció para el Índice
                  citado, que evolucionó en España del nivel 34 entre todos los países del mundo, al
                  nivel 27 en el año actual.
                         d) Y buena prueba de ello ha sido el deterioro de la población activa, en la
                  que hemos pasado a una tasa del 45 al 38% en esas tres décadas. Esta magnitud es
                  esencial puesto que siete puntos básicos de descenso inciden sobre las clases más
                  desfavorecidas.

                         e) La conveniencia de afrontar una verdadera  reforma del mercado de
                  trabajo, en la que se considere, aparte de una nueva regulación de la contratación,
                  regulación salarial, extinción y suspensión de los contratos, etc. así como a superar
                  238| Rafael Morales-Arce Macías
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