Page 112 - Anales 2-2 -2017
P. 112
- La desigualdad se ha incrementado durante la crisis debido a la caída de
los ingresos del 40% de la población con menor nivel de renta. El 1% más rico
tiene un peso sobre la renta total similar al contabilizado en la UE-8 y al registrado
durante los años ochenta.
- Los recortes presupuestarios no han tenido especial incidencia en el
incremento de la desigualdad. El gasto público en 2015 estuvo por encima del
anotado en 2007, antes de la crisis.
- La desigualdad está muy relacionada con la fiscalidad. Pero se olvida que el
30% de los contribuyentes con menores ingresos soporta muy poco en el Impuesto
de la Renta, mientras que el 30% con mayores ingresos sostiene el 70% de la
recaudación.
- Si se consideran las transferencias y el coste de los servicios públicos, la
desigualdad en España sería similar a la de los países con tasas de desempleo muy
inferiores. El problema no sería la redistribución sino el alto nivel de dicha tasa, así
como el bajo nivel educativo. Reafirma que se considera al desempleo y a las
diferencias de cualificación del capital humano como los mayores
generadores de desigualdad.
- Sin eludir que la mejora de la eficiencia del sector público contribuiría,
igualmente, a la disminución de la desigualdad. Mejor que incrementar los
impuestos y el gasto público sería deseable mejorar la eficiencia de las diferentes
Administraciones Públicas.
- Resalta, por otra parte, que la desigualdad tiene poco que ver con el mayor
o menor nivel de vida de la población. Países muy igualitarios (Eslovaquia, Malta,
Chequia y Eslovenia) tienen niveles de renta per-cápita muy inferiores a la media
comunitaria. Y, países muy desiguales en ingresos son algunos de los más ricos
(Alemania y Reino Unido) y más pobres (Grecia y Portugal), con mayores y
menores tasas de privación severa (Grecia, más del 20% frente a Alemania, con
poco más del 5%). (19)
* Para Vázquez, la concesión del galardón a Deaton es un hecho
esperanzador que supone un salto significativo, desde los grandes números a cómo
mejorar el día a día de las personas. Y, particularmente, rompe con la política
tradicional para el tratamiento de datos, que, generalmente no conduce a
resultados defendibles. Por otra parte, destaca que la sociedad se preocupa en
demasía de la evolución de magnitudes macroeconómicas: el PIB, el consumo, etc.
pero pocas veces lo hace por lo que realmente interesa a determinadas capas: la
felicidad y el bienestar. Y hemos de centrarnos en ello con el rigor y meticulosidad
debidos, en especial, en países menos favorecidos, llevando la Economía al análisis
de cuestiones más allá de lo numérico. Que debe vincularse, entre otras tareas, a
cuantificar, analizar y medir el bienestar de las personas, descendiendo a los
pequeños detalles. Gran parte de la preocupación que hoy muestran las
instituciones sociales, se debe a los avances y a la influencia que Deaton ha puesto
de manifiesto con la metodología utilizada para llegar más allá de las cifras
macroeconómicas. Además, preconiza que “si no sabemos medir los resultados de
234| Rafael Morales-Arce Macías