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En los años 90 se iniciaron las pruebas genéticas para los síndromes con

                  cáncer de colon. En 1993, el locus del cáncer colorrectal no polipósico hereditario
                  (CCNPH) se localizó en el cromosoma 2P, y en 1987 se ubicó el gen de la poliposis
                  adenomatosa del colon (APC) en el cromosoma 5 (5q21) mutaciones del gen APC,
                  mutaciones que podrían ser responsables de la expresión fenotípica variable de la
                  poliposis adenomatosa familiar (PAF). Se calcula que el 20% de los pacientes con
                  cáncer colorrectal tienen una predisposición genética a esta enfermedad.


                         El cáncer colorrectal puede dividirse en dos grandes grupos principales: los
                  que se presentan  con numerosos pólipos y los caracterizados por la falta de los
                  mismos.

                         1.- Poliposis adenomatosa familiar

                         La PAF y sus  variantes (síndrome  de Gardner, síndrome de  Turcot y

                  poliposis adenomatosa familiar atenuada)  representan el 1% de los cánceres
                  colorrectales (CCR): La forma clásica se asocia al desarrollo de cientos de pólipos
                  generalmente en la adolescencia (Figura 1) y la aparición de CCR se observa en el
                  90% de los pacientes que alcanzan los 45 años de edad en el caso de no haber sido
                  tratados. Este síndrome también se  acompaña de manifestaciones extracólicas
                  (Galiatsatos P, Foulkes WD, 2006) (Rodríguez-Bigas MA, Chang GJ et al, 2006), La
                  PAF atenuada se caracteriza por la presentación en una edad tardía  y menos
                  pólipos. Recientemente se ha descrito  un síndrome no asociado al  gen APC, el
                  síndrome de la poliposis familiar-MYH (Sampson JR, Dolwani S et al, 2003). Dado
                  que  a lo largo de la vida el riesgo de cáncer de colon en la PAF se  aproxima al
                  100%, en estos pacientes se recomienda la cirugía profiláctica (You NH, Lakhani
                  VT et al, 2007) (Bertagnoli MH, 2005).

                         Las opciones  quirúrgicas profilácticas para los pacientes con PAF son la
                  colectomía subtotal  con anastomosis ileorrectal, la proctocolectomía con
                  anastomosis ileoanal (entre el reservorio anal y el ileon) y, por último, la
                  proctocolectomía con ileostomía permanente. Cuándo hay que operar está mal
                  definido, ya que  la presentación es demasiado variable para determinar el
                  momento de la cirugía, aunque puede estar influido por el número de pólipos
                  (Deninski HS, Love S et al, 1996)); no obstante, la supervivencia global mejora si la
                  intervención quirúrgica se realiza con finalidad profiláctica.  En una revisión de
                  Bertario et al (Bertario L, Presciuttini et al, 1994)  los pacientes sin cáncer en el
                  momento de la cirugía tenían una probabilidad de supervivencia del 68% a los 30
                  años comparada con el 41% a los 10 años en los que tienen cáncer.

                         La proctocolectomía con anastomosis ileoanal es la opción quirúrgica
                  preferida en los pacientes que tienen PAF ya que aunque la AIR elimina el riesgo de
                  cáncer cólico, aún hay un riesgo de padecer cáncer en el recto, que oscila entre el 4
                  y el 8% a los 10 años y entre el 26 y el 32% a los 25 años (Vasen HF, Van der Luijt
                  RB et al, 1996) (Bertorio L, Russo A et al, 2000). Aunque la proctocolectomía con

                  170| José Antonio Rodríguez Montes
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