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toma de decisiones, inestabilidad social y política 144 , y también cuando el hombre
está al servicio de la economía (dictadura de los mercados) y no la economía al
servicio del hombre 145 , pues el poder real es el poder económico, del que el poder
político, en muchos casos, se ha convertido en un mero poder sirviente.
O con mejores palabras de Su Santidad el Papa Francisco:
“Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las
de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría
feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía
absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen
el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien
común” 146 .
Pero tal vez los más evidentes marcadores psicopatogénicos de una sociedad
sean sus índices de desempleo, suicidio, población reclusa y alteraciones mentales.
Todos ellos han sufrido en los últimos años un considerable aumento. Además,
parecen estar relacionados entre sí y tener, en buena medida, causas socio-
económicas.
España de los últimos años registran un número de casos nuevos que oscilan entre 15 y 25” (fuente:
fontilles.wordpress.com).
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Un factor que se ha de tener muy en cuenta, tanto en el plano de la psicología personal como social y clínica, es
el nivel de frustración del sujeto; pues a mayor frustración existen más posibilidades de que se desencadene una
alteración de conciencia frente a un estímulo estresante. Ello se infiere del célebre modelo explicativo frustración-
agresión de Dollard (1939), que plantea como teoría general de los orígenes de la agresión la existencia de una
frustración previa. En dicha monografía se prueba que la frustración conduce a respuestas de activación cognitivo-
conductuales agresivas tanto a nivel individual como social, es decir, a mayor frustración más agresividad. Vid.
Dollard, J. y cols. (1976). Frustración y agresión (publicado originalmente Yale University Press, 1939). Reeditado por
Megargee, I. y Hokanson, J., en Dinámica de la agresión. México: Ed. Trillas, p. 37 y ss.
144 La teoría frustración-agresión ha servido de base a múltiples estudios posteriores. Uno de ellos plantea la
teoría anterior en relación con la estabilidad política. Se aplica en esta formulación el esquema de la frustración-
agresión a la esfera política pero identificando la idea de castigo con la noción de coercitividad de los regímenes
políticos. Todo ello de acuerdo a las siguientes hipótesis:
1) En situaciones de relativa falta de frustración sistemática, es esperable estabilidad política.
2) Si la frustración sistemática está presente, la inestabilidad política es predecible.
Por lo expuesto, el comportamiento agresivo, en forma de inestabilidad política, se
predice como consecuencia de la frustración sistemática. Tras la realización del estudio se hallaron los siguientes
resultados: Mientras más altos sean los niveles de frustración sistemática, según la miden los índices
seleccionados, mayor será la inestabilidad política.
Los países estables son aquellos que experimentan la menor medida de frustración sistemática; recíprocamente los
países acosados por inestabilidad política, también sufren un alto nivel de frustración sistemática, aunque ocurren
ciertas excepciones. A partir de estos descubrimientos se sugiere que una razón compulsiva de la mayor estabilidad
de los países modernos yace en su mayor habilidad para satisfacer las demandas de sus ciudadanos. Solo cuando
haya logrado un nivel de satisfacción lo suficientemente alto, un país tenderá más a la estabilidad que a la
inestabilidad (Feierabend, I. K. y Feierabend, R. L., 1976, en Dinámica de la agresión. Ed. cit., p. 256 y ss. La cursiva es
mía).
145
“El dinero debe servir y no gobernar”. Papa Francisco (2013). Evangelii Gaudium. Madrid: Ed. Librería Editrice
Vaticana, Ediciones Palabra, p. 53.
146 Papa Francisco (2013). Evangelii Gaudium. Edición citada, p. 51. En el mismo texto señala: “El afán de poder y de
tener no conoce límites. En este sistema, que tiende a fagocitarlo todo en orden a acrecentar beneficios, cualquier
cosa que sea frágil queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado” (p. 52); en la página anterior se
refiere a la “dictadura de la economía” (p. 51).
342| Pedro Rocamora García-Valls

