Page 215 - Anales 2-2 -2017
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En  el  fondo  los  valores  responden  a  juicios  de  valor,  y  para  Ferrater

                  Mora son “productos de valoraciones humanas y, por tanto, relativos”  121 .
                         A este respecto, y desde una perspectiva biologicista, Laborit señala:


                                “Los automatismos socioculturales, inyectados en nuestro sistema
                         nervioso desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte, son la base o
                         forman la base  de  nuestros  juicios  de  valor.  Juicios  de  valor  que
                         corresponden  a  un  grupo social de una determinada sociedad y en una
                         cierta época” 122 .

                         Para  el  iusfilósofo  Alf  Ross,  representante  del  realismo  jurídico
                  escandinavo, invocar en una discusión a la justicia es como “dar un golpe encima
                  de la mesa: una expresión emocional que hace de la propia exigencia un postulado
                  absoluto”  123 .  Algo  parecido  sucedería  al  esgrimir  los  valores  con  excesivo  furor

                  sanandi.

                         Los valores pueden ser con alguna frecuencia ideológicos y responder, en
                  ese supuesto, a unos intereses estratégicos individuales o grupales relacionados
                  con el poder y el sometimiento. Cuando se apela a los valores, a veces lo que se
                  pretende es autolegitimar los propios criterios para, posteriormente, imponerlos.

                         Pues bien, la gran lección que nos ofrecen la psicología y la psicoterapia es
                  que podemos cambiar (pues la inmutabilidad no se da en la naturaleza viva).
                  Cambiar de punto de vista, de manera de pensar, de creencias angustiantes o
                  valores si estos fuesen desadaptativos o antisociales (por ejemplo: el fanatismo o
                  la violencia).

                                “La antropología cultural, la sociología, la psicología  y
                         psicopatología aportan, cada una de por sí, numerosos argumentos a favor

                         de la tesis: que los principios morales [valores], a los cuales todo individuo
                         debe sujetarse, son convenciones sociales, susceptibles de variación según
                         el contexto histórico, y susceptibles de variación también según los grupos
                         y según los mismos individuos que aquellos integran”   124 .


                  121  Ferrater Mora, J. (1979). Diccionario de Filosofía (cuatro tomos). Madrid: Ed. Alianza, vol. 4, p. 3374. En esa
                  misma línea “los valores sociales son, imprecisos, variables y difíciles de definir” López Ibor (1951), ob. cit., p. 21. En
                  ambas citas la cursiva es mía.
                  122  Laborit, H. (1974). Diálogos sobre la violencia. Barcelona: Ed. Plaza Janés, p. 36.
                  123  Y sigue diciendo: “Ésta no es una manera adecuada de obtener comprensión mutua. Es imposible tener una
                  discusión racional con quien apela a la “justicia”, porque nada dice que pueda ser argüido en pro o en contra. Sus
                  palabras constituyen persuasión, no argumento. La ideología de la justicia conduce a la intolerancia y al conflicto (…)
                  La ideología de la justicia es una actitud militante de tipo biológico emocional, a la cual uno mismo se incita para la
                  defensa ciega e implacable de ciertos intereses (…) Esto explica por qué todas las guerras y conflictos sociales han
                  sido liberados en nombre de la exaltada idea de justicia”. Ross, A. (1994). Sobre el Derecho y la justicia. Buenos
                  Aires: Ed. Eudeba, pp. 267 y 268.
                  124
                     Castilla del Pino (1979). Ob. cit., p. 90. La cursiva es mía.

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