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Precisamente el Banco de España acaba de ofrecer los datos definitivos de la
                  Deuda Pública a finales de 2016, así como su evolución desde el primer año del
                  siglo. Si en dicha fecha anotaba un 58% del  PIB, este fue reduciéndose hasta el
                  mínimo del 35,5% en 2007, iniciando en dicho año una subida progresiva hasta
                  alcanzar su máximo en el año 2014, con el 100,4%, y reduciendo ligeramente hasta
                  el 98,98% de 2016. Su valor numérico es de  1,105 billones de euros, con un
                  crecimiento anual del 3,02% a pesar de que el PIB lo hiciera en el 3,5%. (4)

                         En definitiva, tanto el entorno económico como el financiero, cuyo resumen
                  se ha expuesto, tendrán una repercusión sobre el funcionamiento del sistema
                  crediticio, en especial, si consolidan las expectativas que se han expuesto. Y ello sin
                  considerar, todavía, otros elementos negativos que incidirán sobre sus balances y
                  cuentas de resultados.



                  4. EL PERIODO 2006-2012



                         El período comprendido entre 2008 y 2012, en base a nuestro análisis
                  “Sistema Financiero…” (5) fue fundamental para entender y valorar los efectos de
                  una crisis que había sido, desde el punto de vista normativo, claramente
                  minusvalorada. A partir de aquella fecha, se promulgaron sucesivos Reales
                  Decreto-Leyes: En 2009, con la creación del Fondo de Estructuración y

                  Regulación Ordenada Bancaria (FROB),  se incluía un mecanismo de apoyo
                  temporal a las instituciones afectadas por los problemas derivados de la
                  financiación al sector inmobiliario, estimulándolas a reajustar su dimensión
                  organizativa y de recursos en aras de la solvencia posterior.

                         Al año siguiente, otro decreto-ley ajustaba el régimen jurídico de las Cajas
                  de Ahorros, animándolas a alterar el “status quo” que, hasta entonces tenían, con
                  el añadido de propiciar operaciones de integración, fusión  o  reagrupamiento en
                  aras de posibilitar una mayor capacidad para acceder a los mercados de capitales.


                         A continuación, en febrero de 2011, se establecía un nuevo  nivel de
                  solvencia no solo a las Cajas sino al conjunto del sistema crediticio, para lo cual se

                                                                     El sistema financiero ante 2020 |201
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