Page 106 - Historia "nobelada" de la Genética
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partiendo de la secuencia total o parcial de un gen se puede identificar mediante
anticuerpos monoclonales (ver más adelante) dónde se sintetiza en el organismo la
proteína para la que codifica el gen secuenciado. Es lo que se ha venido en denominar la
Genética Inversa (Orkin, 1986) que, como se ha indicado anteriormente, forma parte
substancial de la última etapa cronológica de la Genética que estamos viviendo actualmente.
Como he tenido oportunidad de decir en otras ocasiones (Lacadena, 1988b), en la
actualidad puede decirse que los genes –los abstractos “factores hereditarios” de Mendel-
se han hecho tangibles, ya se pueden “tocar”. Son fragmentos de ADN que se pueden
identificar y aislar de entre toda la masa de ADN del genoma, que se pueden transferir de
unas células a otras, de unos individuos a otros de la misma o de distinta especie. Por esta
razón, cuando se habla de manipulación genética no hay que darle un sentido peyorativo al
término manipulación, sino el de “operar con las manos o con cualquier instrumento” como
define la Real Academia Española. La puesta a punto de las técnicas mencionadas ha
proporcionado a la Genética Molecular una potencialidad enorme que es de esperar
siempre sea utilizada para bien de la humanidad. Aquí podría recordar cómo hace treinta
años, Fred Hoyle, astrónomo de la Universidad de Cambridge, profetizaba que “…los físicos,
que sólo fabrican inofensivas bombas de hidrógeno, trabajarán en libertad, mientras que
los biólogos moleculares lo harán tras alambradas eléctricas”. Salvando las distancias,
podríamos hacer la siguiente comparación: lo mismo que el poder y el peligro de la Física
se alcanzó cuando los científicos fueron capaces de “tocar” los átomos -me refiero a la Física
Atómica y la energía nuclear-, el poder y el peligro potencial de la Genética se han hecho
realidad cuando los científicos han podido “tocar” (manipular) los genes. Esperemos que el
ADN -la doble hélice- no se convierta en una molécula de doble filo (Lacadena, 1990).
La ingeniería genética molecular surgió en la década de los setenta para manifestarse
con un potencial fabuloso de aplicaciones en la década de los ochenta. Su fundamento
científico está basado en la obtención de moléculas de ADN recombinante, entendiendo por
tales la unión artificial -recombinación en concepto genético, de ahí su nombre- de
fragmentos de ADN de procedencia distinta. En esencia, la ingeniería genética molecular
consiste en la unión de un fragmento de ADN (un gen, por ejemplo) a otra molécula de ADN
(puede ser el cromosoma de un virus o de un plasmidio) que, haciendo de vector, permitirá
introducir dicho fragmento en células bacterianas o eucarióticas donde se multiplicará
(clonación) y, en su caso, se expresará, sintetizando tales células los polipéptidos
HISTORIA “NOBELADA DE LA GENÉTICA” (1900-2016) 106