Page 138 - Historia "nobelada" de la Genética
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embriones obtenidos al útero de la mujer. Los primeros frutos de sus investigaciones los
obtuvo Edwards en 1965 cuando descubrió que los ovocitos humanos necesitan 24 horas
de incubación in vitro antes de iniciar el proceso de maduración Edwards, 1965 a, 1965
b) y en 1969 cuando utilizó con éxito las condiciones de cultivo para la capacitación de los
espermatozoides que les permitiera la fecundación de ovocitos madurados in vitro
(Edwards et al., 1969). Sin embargo, los embriones obtenidos no progresaban más allá del
estadio de dos células. Por ello decidió que los ovocitos a utilizar deberían completar su
proceso de maduración in vivo, pero el nuevo problema radicaba en cómo extraer de los
ovarios los ovocitos maduros. Este obstáculo fue resuelto cuando se asoció con el
ginecólogo Dr. Patrick C. Steptoe quien, en 1968, había puesto a punto la técnica de
laparoscopia que permite extraer de los ovarios de la mujer ovocitos madurados in vivo
(Steptoe, 1968). No tengo la menor duda de que, si hubiera vivido, el Dr. Steptoe habría
compartido el Premio Nobel con el Dr. Edwards.
El premio se le ha concedido al Dr. Edwards casi cuarenta años después de que
publicara en 1970 y 1971 en colaboración con el Dr. Steptoe los primeros trabajos
científicos que describían la obtención de embriones humanos por fecundación in vitro
(FIV) que eran capaces de desarrollarse hasta la fase de 8-, 16 células e, incluso,
blastocisto (Steptoe y Edwards, 1970; Edwards et al., 1970; Steptoe et al., 1971). Tras
estos éxitos científicos solicitaron una subvención a largo plazo al Medical Research
Council para continuar sus investigaciones que, sin embargo, les fue denegada en abril de
1971 “…debido a que se tienen serias dudas sobre los aspectos éticos de dicha
investigación en seres humanos, muy en especial de los experimentos relacionados con la
implantación de los óvulos fecundados in vitro en las mujeres…También se han expresado
reservas sobre la legitimidad del usar la laparoscopia con objetivos puramente
experimentales. En consecuencia, hemos tenido que dar por desestimada su solicitud”
(transcrito en Edwards y Steptoe, 1980, págs. 140-141). Para seguir adelante necesitaron
fondos privados.
Tras más de cien intentos fallidos de transferencia de embriones al útero de la
mujer, en 1976 transfirieron a una mujer un embrión FIV que no llegó a término porque
se produjo un embarazo extrauterino (Steptoe y Edwards, 1976); sin embargo, más tarde,
el 25 de julio de 1978 nació en el Hospital de Oldham Louise Joy Brown –el primer “bebé
probeta” del mundo– sin anomalía alguna (Steptoe y Edwards, 1978). Es interesante
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