Page 26 - Balneario de Villavieja
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Algunos
 autores,
 como
 Menéndez
 y
 Aleixandre,
 afirman
 que
 los
 Baños
 de

                  Villavieja
 tenían
 reconocida
 la
 declaración
 de
 utilidad
 pública
 por
 Orden
 de
 5
 de

                  marzo
de
1873
así
como
el
cambio
de
nombre
por
Real
Orden
de
15
de
julio
de
1891

                  (44).
 Nosotros
 tan
 solo
 hemos
 podido
 constatar
 que
 la
 Real
 Junta
 Superior


                  Gubernativa
de
Medicina
puso
“en
noticia
del
Público”
en
1827
la
temporada
de
aguas

                  y
baños
minerales
del
Reino
figurando
en
esta
relación
oficial,
publicada
en
la
Gaceta

                  de
 Madrid,
 los
 baños
 de
 Villavieja,
 lo
 cual
 denota
 la
 aprobación
 oficial
 del
 uso

                  medicinal
 de
 sus
 aguas.
 No
 obstante,
 la
 circunstancia
 de
 que
 figure
 el
 Balneario
 de

                  Villavieja
de
Nules
en
el
Anejo
A
del
Estatuto
sobre
la
explotación
de
manantiales
de

                  aguas
 mineromedicinales
 de
 1928
 y
 por
 contar
 con
 Médico
 Director
 del
 Cuerpo
 de

                  Baños,
según
se
dispone
en
sus
artículos
34
y
37
“no
solo
(…)
para
la
visita
de
los

                  pacientes,
 sino
 también
 para
 el
 manejo
 y
 la
 aplicación
 de
 las
 instalaciones
 hidro‐
                  medicinales”
 (45)
 ya
 era
 condición
 suficiente,
 además
 de
 la
 de
 “estar
 funcionando

                  ininterrumpidamente”
durante
muchos
años;
para
justificar
la
declaración
de
utilidad


                  pública
 tal
 y
 como
 se
 dispuso
 en
 1929
 para
 el
 balneario
 de
 Caldas
 de
 Cuntis,
 a

                  instancia
de
Florestán
Aguilar,
Presidente
de
la
Asociación
Nacional
de
la
Propiedad

                  Balnearia
(46).



                  4.3.
Indicaciones


                         Los
 romanos
 ya
 usaban
 las
 aguas
 medicinales
 de
 Villavieja,
 en
 baños,
 para


                  curar
toda
afección
cutánea
y
para
ello
construyeron
unas
Casetas
con
balsas.

                         Las
 aguas
 termales
 de
 la
 Fuente
 Calda
 se
 podían
 tomar
 en
 bebida
 o
 baño


                  mientras
que
las
aguas
de
los
pozos
solo
se
podían
usar
en
baño.
Desde
el
siglo
XVIII

                  se
consideraba
que,
en
bebida,
las
aguas
tenían
virtud
laxante,
diurética,
sudorífica,

                  aperitiva,
antiespasmódica,
emenagoga,
y
digestiva
por
lo
que
curaban
las
dispepsias,

                  gastralgias
e
incluso
se
llegó
a
creer
que
combatían
la
esterilidad
en
las
mujeres.
En

                  baño
 era
 de
 común
 conocimiento
 que
 estas
 aguas
 poseían
 maravillosas
 cualidades

                  antiinflamatorias
 por
 lo
 que
 servían
 para
 curar
 el
 reumatismo,
 la
 artritis,
 la
 gota,

                  parálisis,
 rigidez
 de
 los
 tendones
 y
 toda
 clase
 de
 traumatismos;
 también
 se
 usaban

                  para
 la
 curación
 de
 innumerables
 afecciones
 como:
 herpes,
 sarna,
 tiña,
 erisipela
 y

                  otras
 muchas
 dolencias
 como:
 hemorroides,
 afecciones
 nerviosas,
 neuralgias,

                  oftalmias
y
cistitis.


                         Hoy
en
día
las
aguas
de
Villavieja
están
indicadas
en
reumatismo,
afecciones


                  respiratorias,
renales,
hepáticas,
neuralgias,
dismenorrea
y
tratamientos
anti‐estrés.

                  Desde
tiempo
inmemorial,
tanto
los
sanos
como
los
enfermos
acudían
a
Villavieja
por

                  la
 fama
 de
 sus
 aguas,
 por
 el
 clima
 benigno
 del
 lugar
 así
 como
 por
 la
 belleza
 de
 su

                  entorno.
No
obstante,
en
diversas
ocasiones
se
hizo
publicidad
en
revistas
sanitarias
u

                  oficiales
 de
 esta
 agua
 así
 en
 1840
 José
 Menchero,
 médico
 director,
 publicó
 en
 el



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El
Balneario
de
Villavieja
(Castellón).
Historia
y
generalidades

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