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imposible. Surge así la conciencia moral y con ella una de las primeras
psicopatogénias: la culpa.
Freud intentó esclarecer problemas complejos, como la estructura del “aparato
psíquico”, con dos conocidas triparticiones denominadas tópicas, que en principio
no deben identificarse con áreas cerebrales. Siguiendo ese modelo explicativo,
cabría descomponer conceptualmente la conciencia en tres partes que coinciden
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con etapas de su filogénesis (evolución de conciencia simple a compleja).
En tal sentido, podríamos distinguir las siguientes fases:
1. La conciencia sensorial o básica, objetal y perceptiva
(psicoanalíticamente respondería a la pulsión de vida).
2. La conciencia estimativa, instrumental, psicológica y
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experimental primaria, que evalúa la percepción (procesa lo recibido) y
determina si la conducta es adaptativa o no.
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3. Finalmente, está la conciencia reflexiva , axiológica o moral, que
pretende, más allá de lo precedente, dar sentido a las cosas, a la
información, incluso a la propia vida. Valora los efectos de haber
optado por la conducta desadaptativa y conduce al porqué de los actos
erróneos o fallidos, pudiendo llevar, de exacerbarse, a la culpa (conciencia
de culpa) y a la angustia (esta se produce por la imposibilidad de
controlar una situación o de cambiarla).
Mientras que las etapas señaladas con los números 1 y 2 son resultado de
la experiencia personal del sujeto (sea esta sensorial o psicológica), la conciencia
moral (nº 3) está predeterminada socialmente, en forma de valores y creencias
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establecidas, y por tanto tiene algo de “conciencia externa” que el ser humano
no ha elaborado por sí mismo pero que termina asumiendo e interiorizando para
ser aceptado por el grupo familiar, social, político o cultural en el que ha nacido.
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Que en cierta medida podrían tener similitud con el cerebro trino de McLean, tres estructuras cerebrales
interconectadas como consecuencia de tres etapas evolutivas diferentes; un primer cerebro primitivo-sensorial
(romboencéfalo) dedicado a la preservación y agresión, un segundo cerebro límbico-emocional (diencéfalo) y,
finalmente, la corteza cerebral (telencéfalo) relacionada con la conciencia.
11 El proceso es este: percepción (captación sensorial simple)→cognición (identificar-conocer)→representación
mental (comparar la información con lo conocido-almacenado)→inferencia (decidir, activar lo conocido, utilizar la
información)→conducta (hacer, actuar).
12 La reflexión conduce a la duda. Por tanto, la duda es uno de los primeros preconfiguradores de la conciencia.
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Promovida o inducida desde el exterior.
Información académica-Perspectiva neurocientífica de la conciencia |309