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“hiperconciencia o autoconciencia intensificada” afecta, en mayor o menor medida,
a cualquier psicopatología:
“Como factor causal, como causa (…) está en la base de los distintos
trastornos psicológicos, y no lo estaría meramente como concomitante o
resultante del trastorno, sino como condición o proceso patógeno causal (…)
en una variedad de trastornos como: la depresión, la ansiedad, el
trastorno de pánico, el trastorno obsesivo compulsivo, la fobia social, la
esquizofrenia, la paranoia, el trastorno de estrés postraumático, el insomnio,
la disfunción sexual y en fin, los trastornos de la alimentación, tanto en la
24
anorexia como en la bulimia” .
25
Trabajos más recientes confirman la relación trastorno versus alteración de
conciencia al constatar como la psicosis y otros muchos cuadros clínicos pueden
ser inducidos por determinados estados de conciencia. En dicha investigación esos
trastornos, basados en alteración de conciencia, se ubican en alguna de las diversas
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categorías de la CIE-10 (OMS, 1992) y del DSM-IVTR (APA, 2000, 2002) .
De todo lo anteriormente expuesto se deduce que gran parte de los estados
excepcionales de conciencia (sin patología orgánica vascular, tumoral etc.)
correlacionan con diversos trastornos perfectamente diagnosticables, sindrómica,
nosológica y diferencialmente, desde la psiquiatría.
4. CONCIENCIA COMO FUNCIÓN CEREBRAL, SU CONCEPTO
Podemos abordar a continuación las áreas funcionales de la conciencia, así
como un intento de posible definición.
27
La conciencia es consecuencia de un proceso bioneuroquímico-cerebral y
de unas estructuras preestablecidas genéticamente que captan, trasmiten y
28
procesan la información sensorial contrastándola con la experiencia. Una
dificultad consiste en la determinación de exactos correlatos neurales de la
24
Ibídem, mismo texto que en nota anterior, pp. 51, 63 y 64.
25 López-Ibor et al. (2012). Psicosis inducidas por estados excepcionales de conciencia,
en Actas Españolas de Psiquiatría; Vol. 40. Suplemento 2. Madrid: Ed. Fundación Juan José López-Ibor, p. 80 a 95.
26
Ibídem, p. 83 y 84.
27 “El cerebro humano adulto, con algo más de un kilo de peso [aprox. 1300 gramos], contiene unos cien mil
millones de células nerviosas o neuronas. La capa ondulada más exterior o corteza cerebral, que es la parte del
cerebro de evolución más reciente, contiene alrededor de 30 mil millones de neuronas y un billón de conexiones o
sinapsis. Si contáramos una sinapsis cada segundo, tardaríamos 32 millones de años en acabar el recuento. Si
consideramos el número posible de circuitos neuronales, tenemos que habérnoslas con cifras híperastronómicas:
10 seguido de al menos un millón de ceros. (En comparación, el número de partículas del universo conocido
asciende a “tan solo” 10 seguido de 79 ceros)”. Edelman, G. M. y Tononi, G. (2002). El universo de la conciencia.
Cómo la materia se convierte en imaginación. Ed. cit., pp. 51-52.
28 “La existencia misma del sistema nervioso central se origina en la experiencia sensorial, la cual, gracias a la
predicción, permite el movimiento activo (motricidad)”. Llinás (2002). Ob. cit., p. 237.
312| Pedro Rocamora García-Valls