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filogenética  o  ambiental  que  consolida  la  etapa  anterior  y predispone para la

                  siguiente. Por tanto, en la especie humana (cuyo cerebro es visual) la evolución de
                  la conciencia parece estar asociada al desarrollo  neuro-óptico, de este modo el
                  cerebro generaría la protoconciencia a partir de la percepción visual. “En seres
                  humanos, hay evidencia que sugiere que la conciencia está correlacionada con la
                  actividad  cortical,  lo  que  no  excluye  posibles contribuciones de  procesos
                  subcorticales o corticales tempranos, como la conciencia visual” (Declaración de
                  Cambridge sobre la Conciencia), esta incitaría al cerebro a formar y estructurar
                  asociaciones que cuando se complejizan, desembocan en la conciencia externa y
                  en la autoconciencia.

                         Una  vez establecida la protoconciencia, su transformación en conciencia
                  (en función de la combinación de distintas variables genético-ambientales que se
                  han dado en los homínidos) ha sido cuestión de tiempo, pues las moléculas
                  evolucionan  hacia células que desarrollan estructuras nerviosas y estas  son
                  codificadas (determinadas  funcionalmente)  por  el  aprendizaje  cultural.  Lo  que
                                                                       →asociación y  representación
                  antecede es esquematizable así: percepción visual
                                                                                 →conciencia.  Cabría
                  de  lo  percibido→   cerebralización  (interrelación  compleja)
                  pues,  plantear  lo  siguiente:  filogenéticamente,  percepción + comunicación =
                  alguna forma de conciencia.

                         En cuanto hay percepción sensorial visual, que permita formar y asociar
                  representaciones  comunicables, se  está en el camino que lleva a la conciencia
                  (enlace entre la estructura física cerebral y la función pensante) ya que “las
                  experiencias conscientes, son  estados  representacionales, imágenes de la
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                  realidad” .
                         En consecuencia, todo lo cognitivo empieza con  el  discernimiento más
                  simple de lo observado en: a) alimento, b) enemigo-peligro, c) congénere para la
                  reproducción. Si a lo anterior añadimos la capacidad de comunicar lo percibido, el
                  paso posterior conduce a diversas formas o grados de conciencia, pues  “los
                  contenidos de la conciencia surgen de las  regiones cerebrales  responsables del
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                  reconocimiento de objetos” .

                         La evolución ha cumplido un necesario papel en la aparición  de la
                  conciencia, pero ésta ha tenido también, una vez establecida, un decisivo rol en la
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                  evolución posterior del cerebro . Por tanto, la conciencia está en el cerebro, pero
                  además  hace  al cerebro; es decir, el cerebro genera la conciencia  y,
                  recíprocamente,  la  conciencia  re-genera  (transforma  y  complejiza),  por
                  retroalimentación,  al  cerebro;  en  este  caso,  la  función  pensante  modifica al

                  42  Blackmore, 2010, p. 213.
                  43  Ibídem, p. 27.
                  44   Desde un determinado momento evolutivo el sistema cerebral  progresa impulsado, también, por las
                  aportaciones de la conciencia. “El cambio del cerebro empieza a ocurrir hace solo dos millones de años” (Ayala, F. J.
                  –2012– Tres preguntas clave sobre la evolución del hombre. Madrid: Ed. Fundación Lilly, p. 22).
                  316| Pedro Rocamora García-Valls
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