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órgano cerebral (pues los requerimientos funcionales parecen haber desarrollado
filogenéticamente el prosencéfalo y el córtex prefrontal). O, con otras palabras, el
cerebro se reorganiza a sí mismo a partir de la conciencia (autopoiesis). Todo ello
no implica emergentismo dualista, sino activación de predisposiciones
estructurales cerebrales por la conciencia (como sucede con las áreas de Broca y
Wernicke en relación con el lenguaje).
Además, puesto que la conciencia es un producto de la evolución, desde que
la conciencia va paulatinamente surgiendo, va cambiando gradualmente el propio
curso evolutivo de nuestra especie. En síntesis, el cerebro genera progresivamente la
conciencia, la conciencia modifica morfológica y funcionalmente al cerebro y, por
posibilitar el conocimiento, modifica también la evolución humana.
La conciencia así entendida podría ser el nexo de unión o puente entre
cerebro y experiencia, y, por tanto, en cierta medida, entre naturaleza y cultura.
Lo expuesto nos permite sostener que no hay una conciencia universal
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preexistente (objetiva) sino producida por el cerebro en diferentes contextos
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(subjetiva ) y que su base es únicamente biológica .
No solo la conciencia es subjetiva, sino que la subjetividad (descubrimiento
de la propia existencia y de uno mismo, cualidad subjetiva de una percepción
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individual o experiencia sensorial sentida –qualia –) es un caracterizador
esencial de la conciencia.
La conciencia como función del cerebro (funcionalismo) es asumida por
un importante grupo de la psicología y de las neurociencias. Fue William James,
discípulo de Wundt, quien mantenía que la conciencia se había originado para
lograr una mejor adaptación del ser humano. Son citables, entre otros, como
pensadores funcionalistas más recientes Richard Gregory y Susan Greenfield
(2010) para quienes el cerebro genera la conciencia. Evidentemente la función
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conciencia se origina en el cerebro .
45 A modo de un ilusorio “inconsciente colectivo” junguiano.
46 “La conciencia se supone objetiva, y la conciencia es subjetiva”. David Chalmers. Véase en: Blackmore, S. (2010).
Ed. cit., p. 58. La cursiva es mía.
47 “La conciencia es solo una dimensión de la vida biológica”. Churchland, P. (2010), en Conversaciones sobre la
conciencia. Ed. cit., p. 89.
48 Se ha dado al término qualia un valor desbordado y exageradamente metarepresentacional, cuando es un
concepto puramente psicofísico. En realidad, hace referencia y describe variables perceptivas individuales.
49 O, dicho en otros términos, la conciencia es la función de una materia altamente desarrollada: el cerebro. Es
decir, la conciencia es una propiedad de la materia sobredeterminada por las condiciones sociales, ergo la materia
es la fuente de la conciencia, pues somos materia que se hace consciente. En consecuencia, la experiencia
(conciencia social) logra, a medida que se va produciendo (con nuevos requerimientos adaptativo-cognitivos),
transformar o cambiar la configuración de la materia cerebral (evolución del romboencéfalo al telencéfalo
neocortical).
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