Page 30 - Historia "nobelada" de la Genética
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corresponde un fenómeno citológico de intercambio de segmentos cromosómicos
homólogos producido por el denominado crossing-over (Morgan and Cattell, 1912) o
sobrecruzamiento.
Fue Thomas Hunt Morgan (1910) quien por vez primera pudo inferir a partir de
datos experimentales una relación directa entre un gen (la mutación 30 osib) y un
cromosoma (el cromosoma sexual X) al analizar el comportamiento genético de la mutación
que produce la pigmentación blanca en el ojo compuesto de la mosca del vinagre,
Drosophila melanogaster. Posteriormente su colaborador Bridges (1916) utilizó el
fenómeno de la no-disyunción para ratificar la inferencia de Morgan, demostrando la
relación entre la mutación vermilion (bermellón) y el cromosoma X. Por otro lado,
Sturtevant (1913), también del grupo de Morgan, obtuvo la primera evidencia de la
ordenación lineal de los genes sobre los cromosomas, construyendo el primer mapa de
ligamiento correspondiente a seis genes del cromosoma X de Drosophila melanogaster. Las
conclusiones de los primeros trabajos de la escuela de Morgan, que confirmaban la teoría
mendeliana de la herencia, fueron expuestos en forma de libro en 1915 (Morgan et al.,
1915). En 1933, Morgan recibió el premio Nobel “por su descubrimiento en relación con el
papel que desempeñan los cromosomas en la herencia”.
Por último, el tercer punto de la teoría cromosómica de la herencia la relación entre
el fenómeno citológico de intercambio entre cromosomas homólogos y el fenómeno
genético de la recombinación fue demostrado simultáneamente en 1931 en Drosophila
(Stern, 1931) y en maíz (Creighton and McClintock, 1931). El intercambio citológico entre
cromosomas homólogos se produce mediante el fenómeno del sobrecruzamiento o crossing
over que ocurre durante la fase de paquitena de la meiosis. Aquí cabe señalar la importante
contribución de Barbara McClintock en el desarrollo de la Citogenética y cuyas
investigaciones en el comportamiento de los cambios cromosómicos estructurales le llevó
a postular proféticamente a finales de la década de los cuarenta y principios de los cincuenta
(McClintock, 1948, 1949, 1950, 1951, 1957) la existencia de los elementos genéticos móviles,
que le valieron el premio Nobel en 1983, como veremos después.
El desarrollo posterior de la teoría cromosómica de la herencia condujo al
nacimiento de una nueva ciencia –la Citogenética- que, a semejanza de la Genética de la que
deriva en hibridación con la Citología, me llevó a definirla como “la ciencia que estudia el
HISTORIA “NOBELADA DE LA GENÉTICA” (1900-2016) 30