Page 61 - Historia "nobelada" de la Genética
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compartió el premio Nobel con Brenner- como Director del Sanger Centre de Cambridge.
Su genoma contiene unos 19.000 genes, un número relativamente bajo tratándose de un
organismo multicelular.
El paso decisivo en la comprensión de la muerte celular programada se debió a las
investigaciones fundamentales realizas por Brenner, Sulston y Horvitz con el nematodo
C. elegans al descubrir que dicho proceso está regulado por unos genes concretos. En
efecto, el organismo está formado por un número exacto de 1090 células somáticas de las
que 131 morirán inexorablemente durante el proceso de desarrollo, de manera que esta
muerte celular está controlada por un conjunto específico de genes. El individuo adulto
está formado, pues, por 959 células.
Las bases genéticas del estudio del desarrollo del nematodo fueron establecidas
por Brenner en 1974, demostrando que al inducir mutaciones con el mutágeno etil
metanosulfonato (EMS) se podía establecer la relación biunívoca entre mutaciones
génicas específicas con efectos concretos sobre el proceso de organogénesis. El trabajo de
Brenner consistió en el aislamiento, análisis de complementación y mapeo de unas 300
mutaciones que afectaban a caracteres morfológicos y de comportamiento; unas 77 de
estas últimas mutaciones alteraban el movimiento del gusano.
Según decía el propio Brenner en su trabajo pionero de 1974, él estaba interesado
en el análisis genético del sistema nervioso, tratando de abordarlo con una metodología
genética similar a la que se había utilizado con éxito en el análisis de las rutas biosintéticas
de las bacterias o en los procesos de ensamblaje de los componentes proteicos de las
cápsides de las partículas virales. De hecho, en Drosophila ya Benzer había iniciado
investigaciones con mutantes de comportamiento. Esta especie tenía la ventaja del
profundo conocimiento genético que de ella se tenía, por un lado, y la posibilidad de
utilizar el elegante método genético de análisis de mosaicos que permitirían descubrir las
sedes anatómicas de las anomalías genéticas del sistema nervioso, por otro lado. Con
estos antecedentes decía Brenner “hace unos ocho años, cuando me embarqué en estos
problemas, decidí que lo que necesitaba era un organismo experimental que fuera
susceptible para el estudio genético y en el que se pudiera determinar la estructura
completa del sistema nervioso. Drosophila, con unas 10 neuronas, era demasiado grande
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y, buscando un organismo más sencillo, mi elección finalmente se decidió por el pequeño
nematodo, Caenorhabditis elegans”. A partir de aquí concentró su trabajo en dos líneas de
HISTORIA “NOBELADA DE LA GENÉTICA” (1900-2016) 61