Page 83 - Historia "nobelada" de la Genética
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la organogénesis como consecuencia de la asociación de tejidos que da como resultado
final la forma del individuo (morfogénesis) y, finalmente, el comportamiento como última
expresión multidimensional del desarrollo. En términos genéticos analógicos podría
decirse que en el proceso de desarrollo se pasa de la información genética unidimensional
contenida en la secuencia lineal de bases nitrogenadas de la molécula de ADN, a las hojas
blastodérmicas bidimensionales, que tras un proceso morfogenético se transforman en el
individuo tridimensional que exhibirá unas pautas de comportamiento multidimensional
a lo largo de su vida (Lacadena, 1988, 1999).
Desde el punto de vista genético, el comportamiento es, quizá, uno de los
componentes del desarrollo más difíciles de analizar, pero no por eso fuera del alcance de
un control genético. Siguiendo al profesor Pinillos (1969), una definición sencilla para
algo que puede ser tan complejo es definir el comportamiento como “cualquier reacción a
cualquier estímulo”. Dentro de la escala evolutiva de los seres vivos el comportamiento se
manifiesta a distintos niveles, incluyendo desde los tropismos y taxias más simples a las
formas más complejas que se encuentran en los vertebrados como son los reflejos, los
instintos, el aprendizaje y la inteligencia en sus distintos grados.
La Genética del comportamiento estudia el control genético de las acciones de los
organismos, definiendo, por tanto, el comportamiento como “cualquier reacción a
cualquier estímulo” (Lacadena, 1988). Las dificultades que presenta el análisis genético
del comportamiento provienen fundamentalmente de tres fuentes: 1) la ambigüedad con
que se establece en ocasiones el propio concepto de comportamiento, de manera que mal
podremos analizar genéticamente algo sin saber a ciencia cierta lo que pretendemos
estudiar; 2) la distancia entre el fenotipo (la pauta de comportamiento) y el genotipo que
lo determina pues entre ambos media una complejo camino fisiológico que recorrer ya
que la acción genética primaria puede afectar a los órganos sensoriales (receptores),
cambiando la información recibida; al sistema intermediario nervioso o endocrino
(conductores), alterando las capacidades de coordinación o percepción y a los órganos
efectores musculares o glandulares, modificando la respuesta; 3) la influencia del
ambiente en la manifestación del fenotipo que es la pauta de comportamiento: el fenotipo
es la expresión del genotipo en un ambiente determinado, resultando difícil en muchos
análisis genéticos del comportamiento discernir la importancia relativa de los
componentes genético y ambiental.
HISTORIA “NOBELADA DE LA GENÉTICA” (1900-2016) 83