Page 85 - Historia "nobelada" de la Genética
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ser anómalo, que no olía a nada de recién nacido, sin embargo, tenía enormemente
desarrollado el sentido del olfato porque poseía una nariz privilegiada que le permitía
identificar a gran distancia, incluso a través de las paredes, cualquier efluvio. Esta
condición le convirtió en un individuo maldito, en un monstruo.
No cabe duda que el olor es importante porque es capaz de identificar muchas
cosas. Ya lo dijo Shakespeare: “Una rosa, con otro nombre, tendría el mismo aroma”. Por
otro lado, al leer en “Hamlet”, también del mismo Shakespeare, la expresión “algo huele a
podrido en Dinamarca” inmediatamente somos capaces de recordar el olor a podrido. ¿Por
qué tenemos metidos los olores en el cerebro? Esa es la “lógica del olfato”, utilizando la
expresión que dijera en 2001 Linda B. Buck, una de las personas galardonadas con este
premio Nobel.
Como se indicaba en la comunicación oficial del Instituto Karolinska a la prensa, el
sentido del olfato humano ha sido el más enigmático de nuestros sentidos, de manera que
durante largo tiempo fueron desconocidos los fundamentos científicos básicos por los que
se reconocen y recuerdan los 10.000 olores diferentes estimados.
Cada célula receptora olfativa posee un solo tipo de receptor olfativo y, a su vez,
cada receptor puede detectar un número limitado de sustancias olorosas; es decir, cada
una de nuestras células receptoras olfativas está altamente especializada para unos pocos
olores.
Los estudios pioneros de Axel y Buck partieron de un trabajo conjunto que
publicaron en 1991 en la revista Cell en el que describían en ratas la clonación y
caracterización de 18 miembros diferentes de una familia multigénica extremadamente
grande (posiblemente, varios centenares de genes) que codifica para siete dominios
proteicos transmembrana cuya expresión está restringida al epitelio olfativo,
concluyendo que la familia de genes descubierta codifica para receptores olfativos.
La estrategia experimental diseñada por Axel y Buck para aislar los genes que
codifican para receptores olfativos la basaron en los tres supuestos siguientes: 1) los
receptores olfativos deberían de pertenecer a la superfamilia de receptores proteicos que
transducen señales intracelulares por acoplamiento a proteínas que se unen a GTP; 2) el
elevado número de moléculas químicas olorosas diferentes que existe sugiere que los
propios receptores olfativos deberían mostrar una gran diversidad y, consecuentemente,
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